jueves, 31 de marzo de 2011

¿Están todos bien?





















Estoy llamando a la casa de mis padres. Está timbrando. Como en otras ocasiones el dialogo se desarrolla del siguiente modo:
Casa de mis padres: ¡Aló!
Rocel: ¡Hola, papi!
Casa de mis padres: Hola hijito, ¿cómo está mi Salvador y mi Mairita? (sus nietos).
Rocel: Bien, papi. ¿Cómo estás?, ¿está mi mamá?

Sí, mi padre es, desde siempre, el “pase” para hablar con mi madre. Él sabe que lo quiero mucho. Nos vemos los fines de semana cuando llevo a sus nietos a que lo visiten y ahí se lo trato de decir.

Tanto fue que, hasta ahora último mi papá al contestar decía: Hola hijito, ¿quieres hablar con tu mami?

No me di cuenta de lo que hacía ¿por qué? ¿Por qué una película (Se llama Están todos bien) tiene que abrirme los ojos para ir hacia atrás y tratar de recordar y escarbar en el pasado para saber qué era lo que estaba pasando?

No recuerdo cuando empezó todo. A mi madre le contaba todo, a mi padre le filtraba las cosas, solo las hazañas y mis mejores notas. Como digo, no me acuerdo, pero ahora me doy cuenta, ya que hago lo mismo con mis hijos. Les celebro las hazañas y cambio el trato cuando salen con observaciones, entonces la madre pasa a ser la persona predilecta para depositar la confianza.
Para mi padre lo más importante es la familia y no lo material; por eso, el poco tiempo que tiene lo dedica a la familia. Él da todo por sus nietos.
Mis padres me dejaron crecer libre, para ser yo y no lo que ellos querían que fuera y es por eso que ahora dejo que mis hijos sean más niños, jueguen a ser niños, jueguen a ser ellos, con sus padres al lado y buscando su confianza.

Por eso; ahora respeto y quiero más a mi padre: Ahora, lo llamo a la casa para hablar con él.

Pero esta historia no termina aquí. De un momento a otro, todo cambió, de pronto vienen a visitarlo de todas partes: desde Holanda, Argentina, Estados Unidos, desde Cajamarca, Trujillo; sus ex compañeros de trabajo, sus vecinos del antiguo barrio, sus vecinos del nuevo barrio, sus familiares entre ellos sus hijos lo visitaron más.
Ahora ha llegado a tener su primer celular, pero qué celular, suena a toda hora con llamadas de familiares que no pueden visitarlo personalmente.

¿Qué sucedió? ¿Qué ocurrió? Bueno se los diré: se llama cáncer.

El camino es corto pero se vivió plenamente, lo único que me apena es no ver crecer a mis nietos –dice Gonzalo–.
Gonzalo se llama mi padre; quien me dejo crecer libre… así como ahora lo hago yo con mis hijos.


Fragmento de mis recuerdos
(texto de W. Rocel, marzo de 2011)

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  • Cuando se sientan bien, aprovechen háganse su chequeo contra el cáncer, acuérdense el cáncer no tiene síntomas.

  • Recomiendo la película Están todos bien (Everybody's fine. http://www.everybodysfinemovie.com/ Robert De Niro es un viudo recientemente jubilado que pretende reunir nuevamente a sus hijos, ya adultos. Para intentarlo deberá realizar un viaje a través de varias ciudades, descubriendo una realidad diferente a como se la había imaginado). Les aseguro que apenas termine la película van a pensar en su padre de una manera diferente y si eres padre vas a tratar a tus hijos de otra manera.


Agradezco por la corrección
de estilo a David Abanto y Ana Sofía Vega.