miércoles, 30 de junio de 2010

Waqra Puku, corneta andina




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Cuenta la historia que los semidioses fueron
invadidos por los celos hacia el hombre
y la alianza que estos tenían para con los dioses,
queriendo llegar a someterlos hasta su desaparición;
para esto, enviaron a unos cuantos semidioses,
digo ¿para qué enviar a todos? si son una especie
tan inferior y primitiva.

Cuenta la historia que se desarrolló una lucha encarnizada,
una de esas luchas que jamás los semidioses pudieron
imaginar perder, huyendo ya sin sus cornamentas,
símbolo de poder de estos y trofeo de guerra de los otros;
con estas, el hombre, elaboró una corneta de guerra.
Cuenta la historia que al ser tocado el instrumento,
de este brotaba un sonido similar al grito de dolor
de los semidioses derrotados, alejando a estos
cada vez que querían retomar la idea de atacarlos.
Es así como los semidioses se alejan para siempre.
El hombre, para que –con el paso del tiempo– no llegue
a abusar de este poder que tiene entre manos,
llega a destruir esta corneta y desaparecerla en la historia.

Luego de muchas generaciones,
los amautas terminan la historia de esta manera:

Cuenta la historia que los semidioses regresaron
con armaduras brillantes y montados en grandes bestias,
con armas que hacían mucho ruido y daño;
los hombres –con las cornamentas de una de las bestias traídas
por los semidioses– trataron de elaborar nuevamente
esta corneta con la esperanza de derrotarlos,
pero lo único que brotó es pena y dolor humano,
no llegó a funcionar como antes.

...


Fragmento de Tierra de los andes / Andesland
(de W. Rocel Rodríguez, 2003)
Adaptación de texto y diseño de cubierta
para Inkas Wasi, Dance of the Andes
(Volume V), Waqra Fiesta
Texto dedicado para Felipe y Sergio Espinoza (+)
exponentes y constructores del waqrapuku